Después de dos días de hablar con una persona. He estado pensando en dos cosas de las muchas que me dijo. Y, realmente, me sorprendió, puesto que, a priori, no es cristiana.
La primera cosa en la que he estado pensando es en el PERDÓN. En la vida, la gente y situaciones que no dependen de tu acción, te pueden llegar a hacer mucho daño. Si eres una persona sensible, quizás el dolor sea más sentido y se pueda salir mayor lastimado, puesto que estás más fácilmente predispuesto a ello. Ahora bien, tienes dos opciones:
1) Dejar que el dolor te consuma y te ature, bloquee y estanque.
2) Perdonar a esas personas o situaciones sobrevenidas que te han lastimado, aunque sea sin decírselo explícitamente. Sólo con un simple "te perdono" en algún tiempo de reflexión o oración que tengas. En mi vida esto es algo que tengo que hacer. Sé que Dios está trabajando en mí a través de estas lecciones de la vida. No son nada gratas pasarlas, pero me gozo en el Señor cuando ello me puede acercar más a Él y ello me hace vivir una fe auténtica y fiel a Él, y no una fe que te haga tener grupos de amigos ways o se desvanezca cuando las cosas no salen como tú has planeado.
Perdonar te lleva a un crecimiento personal, a seguir madurando en el ámbito secular. Si eres cristiano, tienes eso, pero va más allá. Estas rompiendo las cadenas que te impiden ir a Dios.
La segunda cosa con la que me quedo de la charla con esa persona es la PAZ. Me sorprendió muchísimo que me dijera que cuando emprendes una acción y es así lo que tenías que hacer, sientes paz. Quizás como no cristiano, hayas sentido esto alguna vez. Pero, ¿sabes que una de las maneras que tiene Dios de hablar contigo es mediante la PAZ? Es curioso, es una sensación muy agradable que te libera de presiones. Sentir PAZ, una paz inmensa que se inmiscuye en cada uno de los recobecos de tu ser es lo más. Orar y hacer algo y/o tomar una decisión, y no tener que arrepentirte porque la decisión haya sido mal tomada, y sentir como Dios habla a tu corazón mediante la PAZ es una pasada.
Y hoy pensaba, con toda sinceridad, no vale la pena vivir esta vida sino es para vivirla para Cristo. Cualquier cosa me sabe a vanidad de vanidades. Y ese quiero que sea mi propósito en la vida, que muera cada día más mi Yo y crezca cada día más Cristo en mí.
Por esto quiero que Dios sea quien dirija mi vida y Él tenga la última palabra, hasta en las cosas más pequeñas. Quiero cumplir Su propósito en mi vida y servirLo, porque no hay nada más en el mundo que me haga más feliz.
Así que, entre miles de pensamientos, cosas que me gustaría hacer, posibles proyectos personales y profesionales; quiero encontrar el mejor modo de, siendo quien soy y teniendo lo que tengo, vivir mi vida entera para Él. Ese es mi mayor y mejor compromiso en mi vida. Así que, como tal, debo invertir tiempo y lo mejor de mí para escuchar Su Voluntad en mi vida y encontrar de qué manera voy a dedicar mi vida a Él. Por lo pronto, sé que tengo una gran carga por ayudar a la gente. Ahora me falta poner en cosas más tangibles y concretas lo abstracto de las ideas, para pasar a la ACCIÓN.
Gemma Ruiz.
Eclesiastés 1:2. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad (seguir con el capítulo, no tiene desperdicio).
Filipenses 1:21. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Filipenses 1:21. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
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