Cuando uno mide las cosas y las personas, y sus conductas con la vara de uno/a mismo/a, se lleva muuuuuchos chascos. Seguramente, cuando te miden con la vara de ellos, también les das chascos, pues esperaban de ti otra cosa. Pero hay algunas cosas, que yo considero básicas y obvias, que con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que no es así para todo el mundo (como pensaba).
En este escrito pretendo exponer algunas de las cosas con las que me he encontrado y que, en realidad, me han hecho o me hacen daño. Pero ello no quiero que sirva para hacer una crítica destructiva y no pretendo tampoco que con el relato de ellas, me genere sentimientos negativos hacia las personas X. Pues no me sentiría bien teniendo ese tipo de sentimientos. Sé que es humano tenerlos, pero no quiero que se reproduzcan en mí, es natural que vengan, pero así como vienen, quiero que se vayan. Y, como siempre, oro y confío en Dios, que lo más importante, Su Amor, nunca deje de fluir hacia y a través de mi. Y que cada día de mi vida, sea un aprendizaje con fruto de Su Amor, Paciencia, Bondad, Paz, Misericordia, etc. Y sé que, un día, aunque sea ya en Su Presencia y a su justo momento, entenderé cosas que ahora no entiendo.
Creo que la mayoría de cosas se podrían resumir en el abandono, la traición, y dar y vaciarte.
Creo que la primera vez que me sentí abandonada y traicionada, fue a los 13/14 años, cuando X1 se fue para vivir su vida y no preocuparse por mí.
La segunda vez fue cuando Z y yo, dejamos de ser amigas. Por un tiempo me dió rabia, porque la consideraba mi amiga, pero luego, pensé que, el motivo por el que ya no éramos amigas había sido una tontería y que si nuestra amistad se había roto por esa tontería, quizás era que esa amistad, no era amistad.
La tercera vez existe desde que a los 19 años, X2 decidió anteponer prioridades externas antes que preocuparse por mí. El problema aquí, es que ojalá se hubera ido como X1, porque así no tendría que revivirlo cada día.
La cuarta vez fue cuando subX1 y subX2 decidieron vivir en anarquía conmigo, sin pedirme opinión.
A partir de aquí ya se engloban en un saco difuso y global:
- Las amistades. A veces crees que a ese/a que llamas amigo/a tienen los mismo valores que tú sobre la amistad. Mi concepto de la amistad es un nombre que sólo tienen muy pocos. Es un concepto que según mi prisma es fácil de obtener, pero a la práctica no es así. Para mí, un amigo, es aquél que siempre está para ayudarte, sea en las buenas o en las malas. Alguien en quien despositas tu confianza y le puedes confiar cualquier cosa, sea buena o algo malo, vergonzoso, etc. Es alguien que no traiciona la confianza que deposites en él/ella, esparciendo tus secretos por ahí. Es alguien que no te dice que no quiere hablar contigo porque no tiene ganas, sino que (aunque en ese momento no sea lo que más le apetezca), por Amor, escuchas y das tu mano de ayuda ante un amigo/a que lo necesita. Se alegra de tus éxitos y cuando fallas o haces algo mal, con Amor, te lo dice. Se preocupa por lo que te pasa y no te deja en la estacada cuando aparecen nuevas personas en su vida. Busca tiempo para cultivar vuestra amistad, pues el tiempo que se pasa en ello, no es malgastado. Te ayuda cuando flaqueas y te da su hombro para que llores cuando lo necesites.
Sea cristiano o no, oras por él/ella. Si lo es, también él/ella ora por ti. Cuando se falla a Dios, unidos váis a Él, pues como humanos todos somos pecadores y no hay mejor que ninguno. El amigo no te engaña, ni te cuenta medias verdades/mentiras. Procura tu bien, en lo que está de su mano. Y te ama, aunque a veces, no lo merezcas. Pase el tiempo que pase que no os veáis porque pasárais por un período de poco tiempo, al veros siempre sigue todo como si nada, porque mandar un e-mail con cuatro palabras es un tiempo que se puede costear hasta el que dice "no tener tiempo".
Ah! También hay otro problema cuando tú siempre estás para ellos, pero ellos nunca para ti. La amistad, como cualquier relación existe si es recíproca. Si no hay reciprocidad, no existe.
En los últimos 6 años aproximadamente, he perdido 5 amistades a quienes las consideraba según mi concepto de amistad. Ha sido muy doloroso darme cuenta de que no pueden llevar ese nombre y que no puedo esperar esa amistad de esas cinco personas. Pero el Señor me ha permitido conocer realmente quienes son mis verdaderos amigos y conocerlos cada día más, además de recuperar a una persona muy importante de mi infancia, algo que doy eternamente gracias a Dios por ello.
Y en estos 6 años, doy millones de gracias a Dios por poder dar esta amistad y recibir ésta, de mi mejor amiga Miriam. Que aunque vivamos entre 600 y 700 km de distancia, siempre la he sentido cerca, y la quiero con todo mi corazón.
- Chicos. En la vida me he llevado algunas decepciones, porque para mí este tema no es una nimiez. Yo no soy partidaria para nada de tener relaciones porque sí, por la simple atracción física. Eso nunca me ha gustado. Quizás en mi adolescencia, cuando la mayoría estaba con "rollos y ligues", yo pasé del tema, porque no me interesaba algo temporal. No me interesaba perder el tiempo y entregar mi amor a alguien que no lo mereciera, para luego lo único a obtener fuera sufrimiento. Pues bien, en cuanto a este concepto de novios y amor, siempre he pensado y pienso que cuando uno/a sale con alguien es porque tiene la edad y la madurez suficiente como para pensar que lo que empieza, continuará en matrimonio.
Y de ahí es donde surge el problema. Para la desgracia de la mayoría de chicas que pensamos así, cuando una chica tiene la edad y la madurez suficiente, el chico no. Así que, las chicas empezamos una relación pensando en la continuación futura en un matrimonio y los chicos en saciar el calentón del momento. Algo que no llega nunca a puerto.
Luego también están los enamoramientos platónicos, esos en los que puedes pasar años enamorada de alguien que consideras adecuado para ti y que va más allá de una tonta atracción física. Pero nunca ocurre nada, porque el chico que te gusta anda fijándose en chicas de tu alrededor, aunque no salga con ninguna de ellas. Pero, sí, tú eres la que nunca ve. O que no se plantea porque, estar contigo, significaría una traición a un amigo suyo, por esas leyes de hombres (lo cuál siempre he considerado absurdo). Alguna vez tontea contigo, pero nunca tiene el valor suficiente para decirte nada. Y claro, en este tema, yo soy hecha a la antigua, considero que es el hombre quien debe lanzarse y conquistar a la chica. Y sí, pienso que las chicas deben dar pistas, pero es que a veces, quien no quiere ver, es porque no quiere quitarse la venda de los ojos.
Y sobretodo, me quedo con lo que he aprendido en este tema y algo que encuentro tremendamente importante: Proverbios 4:23, que dice: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
Y sobretodo, me quedo con lo que he aprendido en este tema y algo que encuentro tremendamente importante: Proverbios 4:23, que dice: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
- Pareja. Cuando tienes una pareja seria, de tiempo. Te das cuenta que no todo es de color de rosa y que lo que te venden las películas es una realidad parcial. Empiezan a surgir desavenencias y te planteas si estaréis hechos el uno para el otro. Cuando hay discusiones piensas, "buff...esto será así siempre?". Las discusiones es algo que no soporto en ningún ámbito. Y como no me gustan, suelo escaparme evadiendo hablar de ello, aunque luego me rallo que da gusto. Cuando pasa el tiempo de la enfermedad (es decir, enamoramiento), empiezas a ver esas cosas: manías, defectos... de la otra persona, que no te gustan. Ahí es cuando debes decidir si estás o no dispuesto/a a aceptar y amar incondicionalmente, y creo que antes de que pase eso, la gente no debería casarse, porque no se toman las decisiones con lucidez. Aunque, también considero que uno debe de tener la suficiente humildad como para darse cuenta de sus errores, sea por uno/a mismo/a o porque tu pareja te lo diga, y cambiarlos. Es un proceso lento y costoso, pero si la pareja deja sus problemas en manos de Dios y le pide ayuda para solucionarlo, es posible. Y lo más importante es fundamentar la relación en Dios (cuerda de tres hilos es difícil de romper, Eclesiastés 4:12). Ya no vives sólo con tus problemas, sino que añades a los tuyos, los suyos. Y eso, implica a la familia de ambos, a veces, te decepciona esperar algo de la familia del otro (y de la tuya) que se supone cristiana y no encontrarlo. Este último punto, me ocurre en todos los ámbitos, me decepciona la gente que dice ser cristiana pero su comportamiento no se relaciona con su fe.
Desde hace un tiempo, me he propuesto no enfocarme en cosas negativas y tristes, porque me hacen daño. Me he propuesto dar gracias a Dios por ellas, aunque no las entienda y me causen dolor. Pero doy gracias a Dios porque si me causan dolor, es que soy humana, estoy viva porque Él me dió la vida y, haber pasado por muchas situaciones muy desagradables en mi vida, me hacen altamente sensible a la persona que sufre y necesita ayuda. Mi propósito es vivir aprendiendo a ser feliz cada día, incluso en lo más trivial y aún y las dificultades, confiando en que un día el Señor me espera en Su presencia, donde no habrá más llanto, ni dolor y podré vivir en la Felicidad y el Amor en sí.
Gemma Ruiz.
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