4 de maig del 2008

Así hablaba la flor del jardín


Como a fuerte roble la tratas,
aunque como una flor quebrada
se sienta.
Asustada, decaída…
Sentimientos así, son los que la invaden.

Qué hizo esta flor para tratarla así?,
se pregunta.
De pronto, una brisa traía estas
palabras: y por qué no tú?
Y por qué no tú?
Ella, callaba.

A veces padecía tempestades
y grandes vientos que llegaban
a caer sus frágiles hojas…
Pero Tú, Tú...
Tú llegas con lluvia de esperanza y tierra de amor.
La renuevas, la reparas.

En ocasiones, tonta de ella,
pensaba que ya le iba bien
vivir en ese sitio

Pero ahora,
después que un remolino de aire
la arrancara de allí.
Ve, que su vida hubiera
quedado estancada,
que la luz del Sol,
no habría dejado que hoy tuviera
esos bonitos pétalos color púrpura.
Ni unas grandes hojas de un verde radiante,
donde ahora, las pequeñas hormigas
se esconden en los días de verano.

Mirando atrás, se alegra por lo que pasó
Hoy ve que mereció la pena,
que sus malos tiempos del ayer,
son hoy,
su vida en el jardín.
Gemma Ruiz.

1 de maig del 2008

Esperanza en Dios...

Hace tiempo atrás leí que algo así como que: "el ser humano se decepciona porque espera" (El caballero de la armadura oxidada de Robert Fisher)...espera que tras hacer algo o, aunque no haga nada, espera que fulanito de tal se comporte así si..., que menganito le sonría cuando lo mire, que.... Y así, un largo listado de "esperanzas".....
Cuando no recibimos aquello que esperamos, no tiene que ser necesario que sea algo material o que exista la relación: dar-recibir,...nos sentimos mal, porque es como un pequeño chasco, una pequeña decepción que nos llevamos por esperar que alguien se comporte de una determinada manera y comprobar luego, que a la práctica (en la vida) esa persona no se comporta como tal; o bien se contradice con su forma de pensar (hipocresía) o creemos que se va a comportar de una manera, porque es como nosotros actuaríamos...
Pensar así trae muchos quebraderos de cabeza... y pequeñas "puñaladas" quizás no intencionadas, pero que a veces, duelen más que las que se hacen a drede.

A veces pienso que es mejor no pensar de esta manera, es decir, que es mejor no esperar nada material, ni escatimar cómo actuará el/la otro/a...porque así no me sentiré mal porque me decepcionen. Pero, luego me siento mal pensando así, porque esto me lleva a pensar que quizás dé a pensar que soy una persona que no confía en la gente y que no confía en que el "humano" pueda llegar a ser bueno.
Quizás por lo que a cada uno nos toca vivir, o directamente, por lo que yo he vivido, me cueste confiar en los demás, aunque también debo decir...que a veces parezco un poco masoca...porque aunque una y otra vez me haya sentido decepcionada, incluso con aquellos a los que más quieres, sigues apostando por las segundas oportunidades, terceras, cuartas...e incluso infinitas oportunidades...de seguir creyendo en esa persona, pese a que te hiera...

Hoy mismo me sentía así, por eso escribo esto...y por eso, hoy, no he hecho lo que tenía en mente hacer...porque se me quitan las ganas...lo siento, no estoy vacunada para no decepcionarme pese a que comprenda que no debo esperar según que cosas (qué pesimismo!, pero es por mi "bien mental",... :P)

Cuando tengo este pensamiento en mente pienso esto, que es lo único en lo que mi psyche descansa en paz:
- Colosenses 3:23-24. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
-Mateo 18:21-22.
Entonces se le acercó Pedro y le dijo:
--Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
Jesús le dijo:
--No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
(El uso de un múltiplo de siete, número que simbolizaba la perfección, es una manera de decir que para el perdón no debe haber límites).
- Romanos 5: 5. y la esperanza no nos defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
- Romanos 7:7-25.
- 1ª Corintios 1: 5-9
- Colosenses 1:21-23. También a vosotros, que erais en otro tiempo extraños y enemigos por vuestros pensamientos y por vuestras malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprochables delante de él. Pero es necesario que permanezcáis fundados y firmes en la fe, sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro.

Gemma Ruiz.