5 de juliol del 2009

Todo se lo lleva el viento

Aspiraciones momentáneas, sueños rotos, ideas volátiles, un querer y no poder... Y, pasa el tiempo, nada cambia y todo es nuevo. Pasa el tiempo y deja de tener sentido, deja de importarte aquello que importaba, porque pasan a ser tonterías y, las tonterías ¿para qué pensarlas, si no vas a llegar con ellas a ninguna parte?.
Pasa el tiempo y es tiempo de dejar la vieja piel mudar. Pasa el tiempo y hay cosas que mejor dejar atrás. Pasa el tiempo y las indecisiones llegan con sus consecuencias, cansarse y dejar de creer en cuentos de hadas.
Pasa el tiempo y llega el momento de pasar página, de cerrar puertas y mirar hacia delante. De coger los trenes pertinentes y dejar de esperar en la estación del nunca.
Así que, a volar, que aunque el estrés y las rayadas dejan mella en el ser y el físico, no hay que perder la vida, porque cuando menos te lo esperas has vivido en lo temporal y tu vida no ha cobrado sentido.
(Lea) Pues si todo eso ya lo sé... Bueno, te doy las gracias por decirlo en alto. A veces va bien hablar en alto lo que piensas, sabes, problemas, etc... Pero ya sabes que soy imbécil para estas cosas... Aunque, desde que sé que cabe la posibilidad esa, mi mundo está cambiando y sí, empiezo a despegar y a darme cuenta de lo que es importante. Porque cuando menos te lo esperas, ya todo ha acabado, no sabes si hoy, mañana, o de aquí a 60 años para que puedas pagar la hipoteca... pero, algún día llega y, entonces, puede ser demasiado tarde.
Me acuerdo cuando era pequeña y yo le decía a mi madre, qué porqué te tenías que bautizar cuando eras pequeño, si no sabes lo que haces y te están comprometiendo con algo que tú a lo mejor ni quieres... Después de mucho hablar, ella se quedó sin argumentos y decidió que era el momento de que me llevara a hablar con un sacerdote de una de las iglesias católicas que frecuentábamos. La respuesta del hombre fue que si quisieras que una riqueza que crece cada año, ahora fuera mayor, ésta, tendría que haberse empezado cuando hubieras sido muy pequeño... Este argumento, tampoco calmó mi pregunta, ya que para que quieres que crezca si en ese momento eres un ángel que, de morir, ya tendría todas las riquezas, estaría en el Reino.
Pero, eso sí me hace pensar ahora, cuando ya eres mayor y eres consciente del paso del tiempo, de lo importante y de lo que no lo es. En ese momento, en el que ya te das cuenta de las cosas, es cuando puedes tomar una decisión clave en tu vida y que, cuanto más tardas en tomarla, más pierdes la riqueza, riqueza de espíritu, de ser... que te da tomarla. No es una riqueza material, ni temporal, va más allá, llena al vacío y da sentido a tu andar, es eterna. Además no se estanca, cada año que pasa crece, crece porque no está muerta, es una relación viva. Algo que, cuando quieres describirla, no hay palabras en ti que puedan describir inmenso gozo, es como un: WAAAA!!! Un subidón de adrenalina, pero no sólo quedándose en el nivel emocional o físico, alcanza el ámbito espiritual del ser humano, envolviendo la una unión perfecta de todo lo que configura el humano.
Si tuviera que pensar en qué/quién me gustaría tener toda la vida, tendría que ser algo eterno. Por desgracia, en este mundo, todo es temporal, muere. Así que mi apuesta está en el Caballo que siempre gana todas las carreras. ¿Para qué apostar a otro, si sé, de antemano, que va a perder?
Filipenses 1:21. Porque para mí el vivir es Cristo y el morir, ganancia.
Gemma Ruiz.