24 de maig del 2009

Esa extraña flor

Es una extraña flor. Difícil de encontrar...

Aparece cuando hace bueno, con la primavera. Al empezar el otoño, ella observa que a su alrededor, los árboles pierden sus hojas y poco a poco, se va resguardando para poder sobrevivir al duro invierno que entra.

Hay años que, por el ritmo del Sol, en la zona en la que crece, el invierno es largo y permanece escondida más de medio año. Si apareciera antes, podría morir, porque sus pétalos son débiles, sólo en los días de Sol, luce como nadie.

Pocos han sabido verla, y pocos saben apreciarla cuando la ven. De ellos, la mayoría, sólo saben de ella su nombre y lo más superficial. Aquellos que verdaderamente la conocen, que son muy pocos, saben que es la flor más bonita del Jardín y desearían darla a conocer a sus amigos...

Pero para poder llegar a ella hay que encontrar el Camino primero y entender todo lo que la rodea. Cuando se encuentra, desprende una fragancia exquisita, sus colores y brillantez son majestuosos. Por eso, resulta difícil creer que haya podido crecer tan bien en medio de un paraje tan desolador.

Aun así, es una flor que no necesita casi nada para vivir y ser tan bella (como las flores que nacen de manera salvaje), lo único que la alimenta es el Amor.
Gemma Ruiz.