23 de febrer del 2010

LIBRES

"Lo único que está mal en el mundo es el hombre". Carl G. Jung

Con esa oración tan aplastante empieza el libro, libro que me dejó hace algunos meses una amiga y que por falta de tiempo se está alargando, pero saboreando cada uno de los capítulos.

Algo en lo que me ha hecho pensar hasta ahora el libro es en el ego humano.
Desde que nacemos, los seres humanos, somos egoístas. Pero tenemos toda la vida por delante para remediarlo y encontrar La Solución.
El problema yace en nostros, porque aunque La Solución esté, somos nosotros quienes nos apartamos de Ella y damos miles de tumbos hasta llegar a Ella e, incluso, muchos no llegan a alcanzarLa en su vida. Parece paradójico que el ser humano quiera encontrar una solución a su problema (él mismo) y no se dé cuenta de que el único ungüento que llena el vacío humano, que sacia el alma, es La Solución, no vale cualquiera. No hay nada en este mundo que pueda satisfacer completamente al humano, NADA. Es un engaño creer eso, una falacia de bonitos colores que para un rato no está mal, pero tan sólo es producto de la misma espiral de egoísmo humano: querer ser nosotros mismos, el centro de nuestras vidas.

Incluso, encontrando La Solución, como humanos, caemos una y otra vez en ese ego humano. Somos torpes y nos cuesta aprender las lecciones importanes, por eso a veces, Dios nos da una y mil ocasiones de aprender en muchas situaciones por las que pasamos cada uno de nosotros en nuestro andar.

Es sólo cuando comprendemos que negarse a uno mismo es empezar a vivir en Libertad, cuando empezamos a vislumbrar La Solución.

Gemma Ruiz.

Juan 8:32. Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres