22 d’abril del 2010

Confía en Él. Mi camino Te pertenece.

Me pregunto: ¿Qué estoy haciendo?
Es decir, busco razones de porqué se dan mis pensamientos, acciones, conducta...

Y las respuestas a algunas de ellas son: pues no lo sé. Porque, realmente, ¿para qué?

Desde tiempos inmemorables, el ser humano ha tenido el ansia por saber qué es lo que devendrá de él, qué le depara el futuro y otras más cosas relacionadas con el tema.

Sí, es el futuro lo que reconcome nuestras mentes muchas veces. Porque es aquello que no controlamos, es aquello incierto, es aquello que ignoramos y no sabemos.

A veces pienso que, si tan sólo tuviera un ápice de lo que queda por venir, yo ya me quedaría tranquila y no haría más preguntas que pueden sonar como el hijo pelma que no para de preguntar "¿cuánto falta para llegar?" Ciertamente, muchas veces nos comportamos así, con respecto al tema. Y la respuesta a esa pregunta también se puede aplicar a nuestras preguntas: "cuando lleguemos, sabrás que has llegado".
Porque..., no hay más, a su debido tiempo, lo sabrás. Ya puedes enrabiarte y hacer una pataleta como los niños chicos, porque sólo gastarás energía y tiempo para obtener: nada.
Pese a que lo sepa, esto me enfada y me da rabia, pero total, a sabiendas, sigo haciendo la imbécil.

Cuando la primera pregunta se queda sin respuesta, intento buscar el "para qué". Porque, si no sé el "qué" intenta buscar si, al menos, vale la pena. Pero sigue sin tener una respuesta contundente, porque a veces pienso que no, porque trae más cosas negativas que positivas. Pero otras, mi yo ingenua e ilusa, pienso que sí, porque también puede traer algo bueno y que por algo será si pasa. Pero, cuando llegan las horas bajas, se llega a pensar que hay cosas que pasan porque pasan y punto, no hay más, no hay más vueltas de hoja. Hay cosas que no traen consigo más, ni bueno, ni malo, simplemente pasan. Las superas y te aguantas y, así, sigue tu vida.

¿Sabes qué? Que a veces pienso que ya me podrías haber hecho imbécil y un poco mucho más tonta, quizás sería la manera de que no pensara en estas cosas abstractas y no me rallara por pensar en cosas que no son tangibles. Pero, espera, quizás ya sea tonta, sólo por dejar que esto pase por mi mente y otorgarle un tiempo a ello.
No encuentro los porqués, ni los paraqués, ni los qués... Hay tantas cosas que no me gustan, que pienso que cómo es posible que esa idea siga en mi mente, cómo es posible...
Pese a mi no entendimiento de las cosas, de las ideas, de las personas, de las acciones, de las conductas, de las respuestas que no encajan, de los descoloques... confío en Ti. Siempre que Te digo esto, me viene la imagen a la cabeza de que me estoy tirando desde un avión que vuela muy alto o que me tiro por un precipicio o una cascada, y espero que lleve un paracaídas y se abra o, que al final, no haya rocas en punta. Sólo Te pido una cosa, si me tiro, sostenme en Tus alas.

Gemma Ruiz.

Salmo 37:5. Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará.

2 comentaris:

Sandra ha dit...

Entenc perfectament el que escrius.

També és un moment de decisions, de confiar en Ell i de tornar-me boja pensant quin és el següent pas a donar. Però tinc clara una cosa: si he de caure, Ell m'agarrarà.

Si necessites quelcom... =)

Sandra

Gemy ha dit...

Gràcies Sandra per estar a prop, tot i la distància :)
Una abraçada enorme!