Ya no existes. Te fuíste de mí, para que pudiera vivir por fin en paz, aunque hubo un tiempo en el que soñaba que te encontraba en el portal de mi casa. Parecen sentimientos contradictorios, porque, en parte quiero no querer y en parte, quiero la idea que me formé de ti. Pero, como idea, creo que sólo se quedó en eso, una idea de la que me enamoré. Alguna vez pienso si te acordarás de mí, pero no por nada, simplemente, curiosidad, no hay más vueltas ni intenciones detrás. Otras veces, me da pena porque no te puedo llamar amigo y, seguramente, tú a mí, tampoco puedas (según mi concepto de la amistad). Otras, pienso que, en realidad, no llegaste a conocerme y otras, que me hubiera encantado seguirte conociendo, pero no quisiste. Por eso, no vale la pena dar coces contra el aguijón, es de ser imbécil, aunque a veces, lo sea. Fue una bonita historia que la hundieron los miedos a lo desconocido y el pasado.
Tantas canciones que saben decir más de lo que yo diría. Canciones que expresan lo que uno/a puede sentir. Canciones que traen recuerdos. Canciones que quieres olvidar. Canciones de las que sólo te gusta el ritmo. Canciones profundas. Canciones que espero que te lleguen cuando no lo hacen mis palabras. Canciones con las que pienso que soy tonta. Canciones que me encanta o detesto cantar.
Y ésta, "para cantarte lo que nunca digo", dije y diré.
Gemma Ruiz.
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