1 de desembre del 2010

Gracias amiga.

Dios no nos deja nunca solos. Su Voluntad siempre se cumple. Él es el que nunca nos deja, ni nos desampara. Y pone a nuestra vera pequeños grandes ángeles que nos alegran el corazón. Gracias por darme tu mano amiga una vez más y seguir disfrutando de tu maravillosa presencia en mi caminar. Aunque hayamos pasado miles de cosas las dos en nuestras vidas, buenas o malas, algunas sin entenderlas, en todos estos años has sido una amiga fiel, una gran amiga y un ejemplo de mujer de Dios. Tu amistad es uno de los mejores regalos que Dios me podía haber dado y, por eso, soy más que feliz. T'estimo! MUA!




Proverbios 17:17. En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia.