25 de desembre del 2010

Soñar despierta.

Desde pequeña se me da bien soñar y no sólo cuando duermo. Tanto cosas que para mi entender humano puedan ser imposibles, como cosas que pueden ser posibles (aunque depende de quién mire, pueda no ser posible, incluyéndome yo misma).
Se me da bien pensar en cosas que me gustarían que pasaran, que me pasaran. Se me da bien pensar en cosas sin tener en cuenta las dificultades u obstáculos.
Se me da bien pensar en aquello que me gustaría que fuera y aquello que me gustaría dejara de ser.

Algunos lo llamaran locura, otros demasiada productividad creativa, otros quizás me vean con ojos de "pobrecilla, qué ingenua! ilusa...". Realmente, me da igual. Mis sueños no tienen límites.

Si soñaras alto, si todo lo que soñaras pudiera cumplirse, si no existiera nunca el "no se puede", si por una vez pudieras despojarte de esa restricción consciente que dice que tienes que ser realista, ¿cuál sería tu mayor sueño?.

Espero que tengas un feliz recordatorio del nacimiento de Jesús. ¡Bon Nadal!

Gemma Ruiz.

Isaías 9:6. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.